Durante los inicios de la década de 1990 se produjo un debate sobre la manipulación de animales para las necesidades del desarrollo del Hombre. Lo más discutido fue, y lo sigue siendo, la utilidad práctica de animales para investigaciones biomédicas y también sobre la conducta, como en el testeo de productos con fines comerciales.
En los Estados Unidos de América se aprobaron una serie de enmiendas a la existente Ley Federal para el Bienestrar Animal, cuyas disposiciones están relacionadas al manejo de animales en los laboratorios de investibación biomédica y en otras instalaciones para la producción comercial.
En estas reformas se enuncian: la reducción del número de animales destinados a la investigación; el refinamiento de las técnicas que pudieran producir estrés y sufrimiento; remplazo de los animales vivos por simuladores o cultivos celulares simpre que sea posible.
A partir de estos avances legales se ha logrado reducir los animales que se utilizan en el campo de la investigación científica y de los test comerciales.
Las organizaciones pro derechos de los animales y las distintas O.N.G. que se encargan de defenderlos, han logrado concientizar sobre la prohibición de vivisecciones, por lo cual han surgido por parte de los científicos el desarrollo de alternancias más económicas, humanas y eficaces para el desarrollo del método experimental, sobre todo con los mamíferos que muchas veces reconocemos muy próximos a nuestras mascotas.
Las posibilidades de cultivos celulares y modelos de simulación computarizado pueden proponer los efectos de drogas o porductos farmacéuticos por sus bases moleculares, pero cuando se tratan de estos principios en sí mismos, dichos modelos no bastan. En un informe reciente de la National Research Council reconoce que la sustitución total de animales en investigación es nula.
El progreso de las ciencias médicas y la veterinaria dependen de los animales, los fármacos y las vacunas son producto de las pruebas en animales con características compartidas con el Hombre. Producto de este tipo de investigaciones han logrado desaparecer la poliomielitis y la viruela de la humanidad, también han permitido desterrar otras enfermedades inmunológicas muy graves y comunes a la humanidad, por ejemplo la rubeola, la paperas, la difteria. Otras enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, psicosis maniaco-depresivas, cataratas y diabetes han sido posibles de tratamiento previa experimentación de farmacos y recursos quirúrgicos tecnológicos. Un ejemplo ha sido, a principios del siglo veinte, el estudio de los grupos sanguíneos y las transfusiones en el hombre gracias a nuestros animales.
En la actualidad las investigaciones sobre el SIDA depende de los estudios en animales, la enfermedad también es desarrollada en los macacos Rhesus que sirven de modelo para comprender la sintomatología y reacción inmunológica en el Hombre. También en los gatos son utilizados para el desarrollo de una probable vacuna.
El ganado vacuno ha servido para investigaciones de injertos cutáneos, muy útiles para comprender también las reacciones inmunológicas para el tratamiento de enfermedades del Hombre y otros animales.
Se demuestra el beneficio para otros animales, en la utilización de especímenes para el desarrollo por ejemplo de vacunas, para la leucemia felina o del parvovirus caninos.
También en la creación de vacunas y tratamientos para la rabia, el ántrax, moquillo, hepatitis y tétanos.
Las especies en peligro de extinción están exentas de los protocolos de investigación en laboratorios, para preservarlas de la desaparición total.
A veces los defensores de los derechos de los animales presentan una versión distorsionada emocionalmente del proceso experimental. En realidad la defensa debe realizarse desde todo punto de vista sobre actividades que explote, torture o permita el sufrimiento de los animales.
Los científicos pueden justificar a través de sus protocolos y resultados obtenidos la utilización responsable de animales, como también el resto de la humanidad cuando mantiene animales como mascotas, para el tratamiento de enfermedades o compañía de minusválidos, o también como ganado para el trabajo o producción pecuaria.
El desarrollo de la ciencia y la utilización de animales por parte de la sociedad debe hacerse de manera responsable con normas éticas de protección animal.
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